lunes, 22 de febrero de 2010

La publicidad ofcial... ¿Qué pasó con el Partido Liberal?

PUBLICIDAD OFICIAL: Colombia está en mora de adoptar una muy estricta reglamentación acerca de la publicidad que hacen las entidades públicas en los medios de comunicación. Como muestra en su columna de ayer Alfredo Molano (El Espectador), los departamentos gastan una considerable suma al año en propaganda que sólo es útil a los mandatarios que tienen aspiraciones políticas. Parea invertir ese dinero hay seguramente muchas necesidades más importantes que la publicidad. El caso más aberrante es el del departamento del Valle, cuyo gobernador gasta sumas multimillonarias en comerciales de él mismo. El Ministerio de Hacienda debería promover esta reglamentación, la cual, opino yo, debería ser restrictiva al extremo, y permitir la publicidad oficial sólo cuando ella sea indispensable, no para comunicar los presuntos logros de los programas oficiales, sino para transmitir al ciudadano información de importancia crítica (un ejemplo sería prevención de desastres).

REPRIMENDA AL MINISTRO: La semana pasada causó asombro en nuestro país la ocurrencia de un hecho que como tal no es tan infrecuente en Colombia, pero que en cualquier otro país democrático habría sido inaudito: en público, y con cobertura de todos los medios de comunicación, el presidente Uribe le propinó al Ministro de Protección Social una inmisericorde reprimenda, concentrada en dos tipos de asuntos: los efectos de algunos decretos expedidos bajo la emergencia social, y el atraso del Ministerio en la ejecución de ciertas tareas de importancia. En ambos casos resulta insólito el llamado de atención: en el primero, porque el Presidente es tan responsable como el Ministro de todo lo decretado en la emergencia social; al fin y al cabo, son decretos que expide el Gobierno Nacional con la firma del Presidente. Y en el segundo caso, es insólito porque el Ministro es un subordinado directo del Presidente, y hubo seguramente centenares de oportunidades para que le exigiera informes sobre el avance en esas tareas. Pero ante la colosal oleada de inconformidad generada por los decretos, el Presidente decide reprender en público al Ministro, de modo que sea éste quien cargue con el estigma público de ser responsable de aquellos. Este es un impresionante fenómeno político, descrito en días recientes por Juan Manuel Charry de este modo: tenemos un Presidente que, en ocasiones actúa como tal, y en ocasiones actúa como vocero y defensor del pueblo ante el gobierno. Gobierno del cual él mismo es autoridad suprema.

¿QUÉ PASÓ CON EL PARTIDO LIBERAL?: Humberto de la Calle plantea en su columna de ayer el más interesante enigma de la historia política reciente de Colombia: ¿qué le sucedió al Partido Liberal? La historia de dicho partido es un elemento esencial de la historia nacional: a Colombia le entregó el ímpetu, las ideas y la voluntad de grandes estadistas y reformadores. La bandera de la modernización siempre estuvo en sus manos, desde cuando lideró la abolición de la esclavitud, hasta cuando transformó la administración pública en la época de Carlos Lleras, y lideró la apertura económica y la reforma constitucional del 91. El Partido de Murillo Toro, de los Radicales, de López Pumarejo, de Darío Echandía, de Lleras Camargo, y de otros tantos grandes luchadores y pensadores cuyos nombres no cabrían aquí, camina hoy con certeza hacia la desaparición o hacia la irrelevancia, en el mejor de los casos. Para la pregunta planteada por el Humberto de la Calle no tengo una respuesta, y no puedo hacer más que registrar el profundo impacto que ella me produce, porque sé que entraña una inocultable realidad. Es cierto, como él mismo lo dice, que hacia los años ochenta el Partido Liberal había venido a representar el clientelismo y la política de caciques: ese es un elemento que no puede desconocerse. Y a veces me pregunto cuánta responsabilidad tiene en este desenlace la artificiosa e incomprensible afiliación del Partido Liberal a la Internacional Socialista, afiliación que llegó a ser tan forzada, que sin éxito se quisieron incorporar sus símbolos a la iconografía del Partido Liberal. En fin, en este asunto no tenemos más que un enigma abierto.

lunes, 15 de febrero de 2010

Un asombroso logro del alcalde Samuel Moreno

UN ASOMBROSO LOGRO DEL ALCALDE MORENO: En la historia universal del gobierno municipal seguramente se conocen múltiples casos de malas administraciones. Muchas se distinguirán por la negligencia, otras por la incapacidad, y algunas por la corrupción. Pero la mala administración a la cual viene siendo sometida Bogotá desde la posesión de su alcalde Samuel Moreno ha llegado a un punto novedoso, algo tal vez nunca visto en la historia de los malos gobiernos municipales: no contentos con haber ejecutado una pésima gestión en muchas otras materias, la administración de Samuel Moreno parecería, de hecho, estar propiciando la destrucción física de la ciudad. Nada más puede pensar quien viva en esta sufrida capital, al contemplar el paisaje que presentan varios sectores de la ciudad, en los cuales se han emprendido obras que hoy exhiben abandono. Ante la ciudadanía, el responsable de esta situación es el Alcalde Mayor y su equipo de gobierno: sin duda habrá responsabilidad en los contratistas, quienes deberán rendir cuentas ante la propia Alcaldía, y ante los organismos de control del Estado. Pero la ciudadanía no contrató de modo directo con dichas empresas: delegó esta función a la Alcaldía, la cual evidentemente la ejecutó del peor modo posible, no sólo por haber escogido contratistas incapaces, sino por no haber sido diligente en asuntos como la entrega de planos y de diseños. Ya que el alcalde Moreno gusta tanto de hablar de sus logros, pero siempre que lo hace adopta como suyos los de administraciones anteriores, tiene aquí en sus manos un auténtico “logro” suyo que no tiene precedentes, y gracias al cual está haciendo historia: la primera vez que un alcalde de una gran ciudad da lugar a la destrucción paulatina de ésta.

SOBRE LOS “PACTOS” CON BANDAS DE MEDELLÍN: Un brevísimo comentario sobre el asunto de los confusos “pactos” con bandas de Medellín para frenar la violencia: si en realidad el Gobierno Nacional participó en la promoción de estos acercamientos, estaríamos presenciando un desgaste, no de la seguridad democrática como política, sino de la capacidad de esta administración para ejecutarla en un entorno de circunstancias cambiantes; la necesidad de recurrir a pactos, un mecanismo que de modo consistente ha fracasado, y contra el cual de cierto modo construyó el presidente Uribe su plataforma, sería testimonio de dicho desgaste. Eso, hay que decirlo, es relativamente normal, al menos en un gobierno que se aproxima a cumplir cuatro años de mandato, y cuyo agotamiento en muchas otras áreas es evidente. Testimonio adicional de este desgaste sería el tono rabioso con el cual se responde últimamente a cualquier sugerencia de que la política de seguridad debe cambiar de rumbo, y adaptarse a los nuevos retos. Hay allí una muestra clara de por qué es necesario un relevo, y por qué es fundamental que la política de seguridad democrática, una de las más importantes en la historia de nuestro país, sea objeto de una renovación, no con el propósito de menguarla ni de debilitarla, sino de hacerla capaz de dar a los nuevos retos el mismo tratamiento exitoso que dio a los anteriores.

NUEVOS RETOS DE SEGURIDAD DEMOCRÁTICA: Pero en esta nueva definición de prioridades y de mecanismos hay que tener mucho cuidado: si mis interpretaciones son correctas, algunos analistas, alarmados por el incremento de la violencia urbana, han sugerido que la lucha contra las FARC debe pasar a un segundo nivel de prioridad, o incluso han dado a entender que esta es ya una empresa concluida. Sin desconocer la extrema gravedad de lo que está sucediendo en las ciudades, sigo pensando que la mayor amenaza a la seguridad de Colombia son todavía las FARC: aun cuando es verdad que han sufrido fuertes golpes, conservan la capacidad de recuperarse con una estrategia paciente de mediano plazo, un tipo de estrategia en el cual este grupo es más que experto; es, además, una organización cuyo objetivo es el derrocamiento del régimen constitucional, y ese sólo hecho merecería atención prioritaria; y además, cuenta con solidaridad y apoyo desde el exterior que pueden serle muy útiles en su empeño de recuperarse gradualmente. De modo que es importante responder con eficacia al reto de la violencia urbana, pero esto no debería significar que se disminuyan esfuerzos en la lucha contra las FARC, ni que a ésta se le quiten recursos para destinarlos a la cuestión de las ciudades.

lunes, 8 de febrero de 2010

La propuesta de Botero y Cavallo... Vicios de trámite en reformas constitucionales

LOS VICIOS DE FONDO: De acuerdo con los medios de comunicación, uno de los puntos centrales en la ponencia que presentó Humberto Sierra Porto, magistrado de la Corte Constitucional, sobre la constitucionalidad de la ley que convoca al referendo, es una tajante declaración acerca de los poderes que tiene la Corte como juez constitucional, los cuales, en el caso examinado —y en muchos otros— están limitados por la propia Constitución a examinar el trámite de las reformas constitucionales, sin ocuparse de su contenido. De modo inexplicable, la propia Corte había venido reclamando una suerte de capacidad para examinar el contenido de algunas reformas constitucionales, a partir del criterio —inexistente en la Constitución— de la “sustitución” constitucional, es decir, de examinar si las reformas tocaban aspectos esenciales del sistema. Las bondades de este enfoque pueden ser materia de discusión académica, y quienes lo apoyen podrían promover una reforma constitucional para incorporarlo a nuestro orden jurídico, pero mientras tanto deberían acogerse a lo que las normas hoy establecen. Excelente precedente, digno de aplauso, en una Corte que durante años adoptó la antidemocrática costumbre de ser ella misma quien fijaba sus límites y sus competencias.

LA PROPUESTA BOTERO – CAVALLO I: Como sabemos, el desempleo ha venido a convertirse en el más serio problema que tiene la economía colombiana. Con tasas de desocupación de más o menos 12 por ciento, y tasas de informalidad que se acercan al 60 por ciento, es claro que el país tiene entre manos un muy serio asunto. Llamó la atención, a finales de la semana pasada, una propuesta formulada por Rodrigo Botero Montoya y Domingo Cavallo, ambos ex ministros de Colombia y Argentina. De la propuesta ignoro todavía sus detalles, pero se ha conocido que su eje es una reorientación de los beneficios fiscales que el gobierno ha concedido con amplia generosidad a los grandes empresarios. Dichos beneficios premian hoy la inversión en capital: al parecer, la propuesta de Botero y Cavallo es que de ahora en adelante se premie la generación de empleo, con un estímulo tributario a las empresas que amplíen su nómina. Como decía al principio, desconozco los detalles técnicos de la propuesta. Sin embargo, creo que en principio son válidos dos interrogantes o dudas.

LA PROPUESTA BOTERO – CAVALLO II: En primer lugar, en general y por principio considero que las estrategias basadas en beneficios tributarios otorgados de manera selectiva crean enormes problemas, aun cuando en el corto plazo puedan dar alivio a otra situación. Dichas estrategias desnaturalizan el sistema tributario, cuya eficiencia es mayor cuando está constituido por normas de aplicación general, estables y fáciles de cumplir. Aun cuando la intención de la propuesta de Botero y Cavallo es indudablemente buena, al elegir el mecanismo de la exención podríamos estar añadiendo distorsiones a la ya muy caótica naturaleza del sistema tributario colombiano. Y en segundo lugar, cabe preguntarse si, al elegir una estrategia como la planteada, podríamos estar evadiendo una vez más la necesidad de reformar de modo drástico el régimen laboral colombiano. Es en la estructura de dicho régimen donde en buena medida se originan nuestros males de desempleo e informalidad, y la sociedad colombiana lleva ya varios años evadiendo la necesaria confrontación con esa realidad. El mismo Cavallo, uno de los autores de la propuesta, pone énfasis, en entrevista publicada por Semana, en el problema de los “impuestos a la nómina”, nuestros infames parafiscales, cuyo elevadísimo nivel es conocido casi a nivel mundial. Si allí yacen los problemas, ¿no sería acaso mejor asumir de una buena vez la tarea de hacer una buena reforma? Los ex ministros Botero y Cavallo, imagino, son conscientes de eso, pero piensan tal vez en la necesidad de un plan de choque que sea viable políticamente, ya que el gobierno nacional se obstina en no tocar los parafiscales. Bienvenida la intención, pero sometamos a examen los mecanismos.

ADIÓS A LA REVISTA CAMBIO: Como saben muchos de los queridos lectores, durante dos años escribí sobre temas de economía para la revista Cambio, cuya desaparición se anunció la semana pasada. La expresión de mis opiniones personales sobre este hecho excede la naturaleza de este boletín. Quienes estén interesados en conocerlas pueden visitar mi nuevo blog personal, el cual abrí con el propósito de registrar esas opiniones, pero que en adelante contendrá también mis ideas sobre múltiples temas: http://www.andresmejiavergnaud.com

lunes, 1 de febrero de 2010

Desempleo en Colombia... Incompetencia del chavismo... Granier y Cisneros

DESEMPLEO: Esta nota será muy breve, pues al respecto casi todo está dicho, y no queda más que repetirlo de manera sumaria. El último informe sobre mercado laboral arroja una cifra de desempleo del 11,3 por ciento en diciembre, cuando en el mismo mes de 2008 la cifra había sido del 10,5. Ha llegado la hora de hacernos a la idea de que Colombia es un país con desempleo alto y creciente. Quien menos parece dispuesto a entender esta realidad es el alto Gobierno, el cual continúa aferrado a una serie de políticas de estímulo tributario a la inversión que claramente no generan empleo, que han despedazado lo que teníamos de instituciones tributarias, y que han encaminado a Colombia por una complicada senda de dificultades fiscales. El alto Gobierno, además, se obstina en ni siquiera querer considerar los cambios que evidentemente necesita nuestro mercado laboral, en particular la eliminación o reforma de los “parafiscales”. Ante estas cifras de desempleo, tomadas en conjunto con las de una informalidad laboral que llega cerca del 60 por ciento, nos vemos obligados a pensar que en Colombia el trabajador formal es un privilegiado, y las verdaderas masas de pobres, aquellas en quienes deberían enfocarse las políticas económicas y sociales, se hallan fuera de las márgenes de este régimen laboral elitista y excluyente.

CÁTEDRA DE INCOMPETENCIA: Las graves dificultades que Venezuela atraviesa en materia de energía eléctrica, de las cuales el fenómeno del niño es apenas un disparador accidental, constituyen una excelente cátedra de incompetencia e incapacidad cuyo maestro es el gobierno de Chávez, un gobierno que al parecer emplea todos sus recursos en la concentración del poder y en la realización de acciones simbólicas. De acuerdo con informaciones de prensa, se había advertido con anticipación al presidente Chávez acerca de la debilidad estructural del sistema eléctrico venezolano, y de la necesidad de repotenciarlo. No el año pasado, ni el anterior a éste. Nada menos que en 2001. Pese a que las advertencias fueron explícitas, y bien documentadas y respaldadas, nunca se realizaron las urgentes acciones que la situación demandaba, y se llegó incluso al extremo de regalar a Cuba y a Nicaragua unas turbinas que habrían servido para poner en marcha más generación térmica de energía. De modo que hoy esta potencia petrolera sigue generando el 70 por ciento de su energía en una sola hidroeléctrica, cuyo nivel podría seguir disminuyendo bajos estos azules y soleados cielos.

CISNEROS Y GRANIER FRENTE AL PODER: Gustavo Cisneros y Marcel Granier tienen en común el haber sido por muchos años empresarios en el mundo de los medios en Venezuela. Se diferencian, sin embargo, porque Cisneros (quien estuvo de postulante al tercer canal en Colombia) dobló la rodilla ante el chavismo y le vendió su conciencia; por eso ha sido inmune a la reciente oleada de represión de Chávez, mientras que otros empresarios que no se arrodillaron ante el poder sufren el acoso y el cierre de sus canales. Voy a transcribir un aparte de una columna publicada en El Universal de Caracas el pasado jueves, en la cual el autor, Axel Capriles, compara al opulento Cisneros con Marcel Granier, cabeza de RCTV, canal aplastado y silenciado ya en su totalidad por la represión chavista: “…Cisneros no hace sino representar a todos los individuos que han permitido la consolidación del totalitarismo a cambio del beneficio y el lucro personal, a los empresarios que han bajado la cabeza y han vendido sus principios y su integridad para mantener sus empresas y enriquecerse un día más”.