MOCIÓN DE CENSURA I: a horas de votarse la moción de censura contra el ministro de agricultura Andrés Fernández, la incertidumbre acerca de su resultado es total. El Tiempo y El Espectador, en sus ediciones de internet, traen titulares que parecerían ir en sentido contrario: en El Tiempo leemos que los uribistas vaticinan el fracaso de la moción, mientras en El Espectador puede leerse que la oposición se siente triunfadora. Desde esta humilde tribuna, sólo quisiera decirle a los congresistas de la coalición de gobierno que reflexionen, y que comprendan que la mejor manera de ayudar al gobierno no es necesariamente respaldar de manera ciega y obstinada a sus funcionarios, incluso en casos como este, en el cual no podría ser más claro que se debe asumir una responsabilidad política, y que la debe asumir el titular de la catrera de Agricultura. Y la debe asumir, no por los actos de aparente corrupción que se dice ocurrieron en torno al programa Agro Ingreso Seguro, sino por el programa mismo, el cual representa una manera muy errada de promover la competitividad agraria y el desarrollo rural. Un programa con el cual, además, de cierto modo se engañó al país, pues se promovió como un elemento que sería necesario tras la entrada en vigencia del TLC con Estados Unidos, pero que luego fue rápidamente desplegado sin que ese tratado esté siquiera cerca de tener vida. No deben olvidar los congresistas de la coalición que este asunto, más que cualquier otro en sus siete años de mandato, ha golpeado de manera considerable la imagen y la popularidad del presidente Uribe. Si hay un caso en el cual se deben asumir responsabilidades, sin duda sería este.
MOCIÓN DE CENSURA II: y debería también aprovechar el Senado, y debería también aprovechar la bancada uribista, para hacer un llamado a los ministros a que asuman con mayor seriedad los cuestionamientos que se hagan en su contra. No estaría bien premiar el abuso del argumento ad-hominem, argumento que, siguiendo los pasos de su mentor Andrés Felipe Arias, parece ser el único recurso que el ministro de agricultura es capaz de utilizar en su favor. Como vimos en su intervención televisada, los argumentos en defensa del programa Agro Ingreso Seguro son muy pocos y muy débiles: pero no le falta energía al ministro para hacer descalificaciones a los congresistas de oposición, o a quienes han pedido su renuncia, en muchos casos con el argumento de que las familias de aquellos se han beneficiado del mismo programa, o de otros similares. Por supuesto, tal cosa no prueba que Agro Ingreso Seguro sea una buena política, y debería el Senado hacer responsable al ministro de no haber podido demostrar tal cosa.
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