LOS VICIOS DE FONDO: De acuerdo con los medios de comunicación, uno de los puntos centrales en la ponencia que presentó Humberto Sierra Porto, magistrado de la Corte Constitucional, sobre la constitucionalidad de la ley que convoca al referendo, es una tajante declaración acerca de los poderes que tiene la Corte como juez constitucional, los cuales, en el caso examinado —y en muchos otros— están limitados por la propia Constitución a examinar el trámite de las reformas constitucionales, sin ocuparse de su contenido. De modo inexplicable, la propia Corte había venido reclamando una suerte de capacidad para examinar el contenido de algunas reformas constitucionales, a partir del criterio —inexistente en la Constitución— de la “sustitución” constitucional, es decir, de examinar si las reformas tocaban aspectos esenciales del sistema. Las bondades de este enfoque pueden ser materia de discusión académica, y quienes lo apoyen podrían promover una reforma constitucional para incorporarlo a nuestro orden jurídico, pero mientras tanto deberían acogerse a lo que las normas hoy establecen. Excelente precedente, digno de aplauso, en una Corte que durante años adoptó la antidemocrática costumbre de ser ella misma quien fijaba sus límites y sus competencias.
LA PROPUESTA BOTERO – CAVALLO I: Como sabemos, el desempleo ha venido a convertirse en el más serio problema que tiene la economía colombiana. Con tasas de desocupación de más o menos 12 por ciento, y tasas de informalidad que se acercan al 60 por ciento, es claro que el país tiene entre manos un muy serio asunto. Llamó la atención, a finales de la semana pasada, una propuesta formulada por Rodrigo Botero Montoya y Domingo Cavallo, ambos ex ministros de Colombia y Argentina. De la propuesta ignoro todavía sus detalles, pero se ha conocido que su eje es una reorientación de los beneficios fiscales que el gobierno ha concedido con amplia generosidad a los grandes empresarios. Dichos beneficios premian hoy la inversión en capital: al parecer, la propuesta de Botero y Cavallo es que de ahora en adelante se premie la generación de empleo, con un estímulo tributario a las empresas que amplíen su nómina. Como decía al principio, desconozco los detalles técnicos de la propuesta. Sin embargo, creo que en principio son válidos dos interrogantes o dudas.
LA PROPUESTA BOTERO – CAVALLO II: En primer lugar, en general y por principio considero que las estrategias basadas en beneficios tributarios otorgados de manera selectiva crean enormes problemas, aun cuando en el corto plazo puedan dar alivio a otra situación. Dichas estrategias desnaturalizan el sistema tributario, cuya eficiencia es mayor cuando está constituido por normas de aplicación general, estables y fáciles de cumplir. Aun cuando la intención de la propuesta de Botero y Cavallo es indudablemente buena, al elegir el mecanismo de la exención podríamos estar añadiendo distorsiones a la ya muy caótica naturaleza del sistema tributario colombiano. Y en segundo lugar, cabe preguntarse si, al elegir una estrategia como la planteada, podríamos estar evadiendo una vez más la necesidad de reformar de modo drástico el régimen laboral colombiano. Es en la estructura de dicho régimen donde en buena medida se originan nuestros males de desempleo e informalidad, y la sociedad colombiana lleva ya varios años evadiendo la necesaria confrontación con esa realidad. El mismo Cavallo, uno de los autores de la propuesta, pone énfasis, en entrevista publicada por Semana, en el problema de los “impuestos a la nómina”, nuestros infames parafiscales, cuyo elevadísimo nivel es conocido casi a nivel mundial. Si allí yacen los problemas, ¿no sería acaso mejor asumir de una buena vez la tarea de hacer una buena reforma? Los ex ministros Botero y Cavallo, imagino, son conscientes de eso, pero piensan tal vez en la necesidad de un plan de choque que sea viable políticamente, ya que el gobierno nacional se obstina en no tocar los parafiscales. Bienvenida la intención, pero sometamos a examen los mecanismos.
ADIÓS A LA REVISTA CAMBIO: Como saben muchos de los queridos lectores, durante dos años escribí sobre temas de economía para la revista Cambio, cuya desaparición se anunció la semana pasada. La expresión de mis opiniones personales sobre este hecho excede la naturaleza de este boletín. Quienes estén interesados en conocerlas pueden visitar mi nuevo blog personal, el cual abrí con el propósito de registrar esas opiniones, pero que en adelante contendrá también mis ideas sobre múltiples temas: http://www.andresmejiavergnaud.com
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