EL FIN DE LA INCERTIDUMBRE: Ha terminado la insoportable incertidumbre en la cual estaba sumido nuestro país. Incluso quienes lamentan el resultado, porque veían favorablemente una nueva reelección, deben admitir que Colombia dio una impresionante muestra de fortaleza institucional: no en cualquier país, y menos en esta América Latina tan enferma de caudillismo, un organismo judicial, cuyo único respaldo son la Constitución y la Ley, cierra la puerta a una iniciativa que tenía el apoyo de amplias mayorías, y que borraba los límites para quien, según una creencia popular extendida, es el mejor presidente de la historia de Colombia. Y mayor fue la lección de solidez institucional cuando, pocos minutos después de conocido el fallo, ese mismo presidente aparece en televisión para manifestar su acatamiento a aquel, y para instruir a sus seguidores en cuanto a la superioridad de las normas sobre las voluntades. El renovado caudillismo que hoy consume a nuestro continente habría aconsejado, de uno u otro modo, desconocer la decisión de la Corte, y proclamar la infalibilidad y la superioridad incuestionable de la voluntad mayoritaria. Hay mil razones para sentirse orgulloso: Colombia ha dado una inolvidable lección a América Latina.
DESPUÉS DE URIBE I: Pero no sólo de fortaleza institucional vive el hombre. Ahora, terminada la era de Uribe como presidente, es de crucial importancia que Colombia no repita los errores y las vacilaciones que casi la conducen a la ruina total. Donde más grave sería que volviéramos a nuestras tradicionales vacilaciones es en materia de seguridad. Advertimos de tres posibles errores. El primero, creer que la política de seguridad ya logró todos sus objetivos. Dicha política alcanzó metas sobresalientes, pero la tarea pendiente es aún muy grande. Y esa tarea todavía se llama FARC. Este grupo fue golpeado de manera inmisericorde, pero en la historia ha mostrado una capacidad asombrosa de recuperarse, de actuar con paciencia, y de aprovechar los errores políticos de su contraparte para fortalecerse. Cosa que nos conduce al segundo error posible: volver a la estrategia de la negociación política, y peor aún, al infundado dogma según el cual dicha estrategia es la única salida posible al conflicto colombiano. Por el contrario, desde el proceso de la administración Betancur, todos y absolutamente todos los procesos de negociación han tenido como efecto un agravamiento de la situación y una intensificación del conflicto. Esto porque —es increíble que sea necesario repetirlo— las FARC tienen una concepción estratégica de dichos procesos, y ven en ellos un debilitamiento del enemigo del cual sacan la mayor ventaja posible. Finalmente, sería un error concebir a la política de seguridad como una estrategia transitoria concebida para un problema de cierto momento; la política de seguridad, por el contrario, no es más que el cumplimiento cabal de obligaciones básicas del Estado, y la extensión de dicho cumplimiento a todo el territorio del país.
DESPUÉS DE URIBE II: Así, en materia de seguridad será necesario continuar y consolidar. En materia de economía, por el contrario, es urgente corregir y cambiar. Colombia recorre en esta área una peligrosa senda. En el corto plazo, esa senda nos está llevando al desempleo y a problemas fiscales que ya se asoman, y que son perfectamente comprensibles, ya que el Gobierno Nacional, durante la era de Uribe, decidió despojarse de su función impositiva en beneficio de unos pocos privilegiados. En el largo plazo, estamos caminando hacia una economía de zonas francas, latifundios, minería y contratistas del Estado; una economía cuyo mecanismo de operación es la cercanía con el alto gobierno, y cuyo perfil difiere mucho del que debería tener una nación productiva, que se ubique en la vanguardia de la innovación.
MIS OPINIONES SOBRE EL FALLO DE LA CORTE: he preferido dejar mis opiniones personales sobre el fallo de la Corte en otro lugar, donde ustedes pueden consultarlas, y pueden adivinar mi estado de ánimo inmediatamente posterior al anuncio. Manifiesto que estas son opiniones de carácter únicamente personal, y no institucional. Pueden verlas en mi blog: http://www.andresmejiavergnaud.com/
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